La historia, como tal, empieza en este punto. Los prolegómenos a la misma son referencias importantes para dilucidar acerca del poder que llegaste a tener sobre nosotros. La aparición de tus padres en un lugar como este, el cual puede tener una infinidad de afinidades simbólicas, no es producto de un desorden de la estructura del destino. Ellos llegaron aquí para traerte a ti, el redentor.
No espero que comprendas esto desde mi punto de vista. No tengo intención de imponerme a ti después de todo este tiempo. Ya es imposible. Que mi análisis de los hechos sirva como un descargo elocuente en mi defensa durante este enjuiciamiento, que resulta símil a la concepción de libertad tomando como referencia a la ética: desde el ángulo que lo mire, no tengo forma de ganar.
La historia continúa. Nace una ambición, difícil, casi imposible: que mi juicio sea ahora una piedra en el camino de tu existencia.
Y que mis sueños no sean aniquilados por tus proposiciones sobre el tiempo, Amén.
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